Calles Emblemáticas

Calles Emblemáticas (6)

Lunes, 14 Junio 2021 12:06

El nacimiento del puerto de San Antonio

 

El año 1912 traerá como noticia una obra de envergadura la construcción de un nuevo puerto para el país, en la zona central, San Antonio, que no sólo tendrá un impacto territorial, económico y social en la zona, sino que además traerá como consecuencia la formación de nuevos núcleos urbanos y de obreros.

Hacia la segunda mitad del siglo XIX el ferrocarril se extiende hasta Melipilla, siendo una expresión de la necesidad de darle salida a los productos agrícolas de la zona. Por cierto, la región poseía características agrícolas.

La tesis tradicional respecto a las razones de la construcción de un gran puerto es que la historia del desarrollo portuario de Valparaíso y San Antonio han ido entrelazados desde el surgimiento del puerto san antonino, en efecto, más allá de las expresiones de interés del Gobierno de Balmaceda por construir el puerto en el contexto de su plan de modernización de la estructura productiva nacional, va a ser el terremoto de 1906 que provoca enormes destrucciones en Valparaíso el hecho que impulsa la aceleración del inicio de la obra portuaria.

En este contexto y en medio de los fastos que implicaba la venida del Presidente de la República Ramón Barros Luco se procede el 5 de mayo de 1912 a instalar la primera piedra de las instalaciones del puerto de San Antonio, “Después de una serie larga de trámites legales y de simple tramitación burocrática, el día 5 de mayo de 1912 se trasladaba desde la capital un tren con la comitiva de más de 500 personas que venían a San Antonio, para inaugurar las obras portuarias. En Santiago músicos de la “Banda del Pudeto” despidieron de la capital la comitiva, tocando la Canción Nacional, haciendo más solemne el acto. El puerto vestido de gala la esperaba con el Orfeón de la Policía traído desde Santiago”( Ronda Gayoso, Asencio, “Fisonomía Histórico – Geográfica del Puerto de San Antonio” Depto. Extensión Cultural I. Municipalidad de San  Antonio. 1989. Pág. 39.)

 A pesar de la ceremonia en que se realiza el inicio de las instalaciones del puerto, con un plazo de cuatro años (lo que se extendió a más de seis años), las primeras obras materiales van a consistir en la extracción de piedras para poder realizar algunas obras en la ciudad y en las instalaciones portuarias. Las Canteras, ubicadas en la actualidad a unos dos kilómetros al norte de la bahía del puerto, representan el primer escenario laboral asociado a la actividad portuaria. Es así, como durante el año 1910, se inicia la extracción de las primeras piedras y rocas para crear el cauce de los esteros: Arévalo y Huallipén,  cursos de agua que atraviesan el centro de la naciente ciudad” (Agrupación Raíces del Puerto, Raíces del Puerto de San Antonio, 2012, Pág. 17)

El inicio de la construcción de las instalaciones portuarias, implicaban una serie de obras de adelanto en la infraestructura de la ciudad, lo que cambiaría en forma definitiva la fisonomía de la misma.

Las obras de adelanto urbano y de construcción del puerto estuvieron estrechamente ligadas a las faenas de extracción de piedras en Las Canteras y de la presencia del ferrocarril, pues éste va a ser el instrumento material que va a permitir trasladar las piedras.

La salvedad, es que cuando empiecen a llegar los primeros grupos de obreros a San Antonio, ya estará en la frágil pero no menos recordada memoria colectiva las huelgas pampinas, portuarias y de la capital. Había entrado en funciones la Oficina del Trabajo y lentamente se está aprobando la legislación social, existen partidos políticos con inclinación al mundo de los obreros y la Cuestión Social estaba en el tapete de la discusión pública.

Estas primeras obras, implicaron la llegada de mano de obra desde otros lugares, principalmente de población de origen rural, por tanto, se trataban de campesinos que devinieron en obreros.

Desde el inicio de la construcción del puerto tenemos claridad de la llegada de población, en particular de mano de obra, de hecho, la población de San Antonio en 1874 alcanzaba a 1.400 habitantes, después de la construcción del puerto y su primera década de funcionamiento, el puerto alcanza a 5,994 habitantes y la comuna asciende a 21.664 habitantes, (fuente Censo 1930).

“Es así, como San Antonio atrae a un sinnúmero de personas proveniente de pueblos rurales vecinos en busca de trabajo, mano de obra que será utilizada en las distintas especialidades que se demandaban en el naciente puerto”.(Agrupación Raíces del Puerto, Raíces del Puerto de San Antonio,2012, Pág. 20)

El puerto de San Antonio se convierte en un polo de atracción de mano de obra dado que desde sus inicios es una fuente laboral importante para la zona.

Cabe señalar que el flujo de mano de obra de origen rural a las faenas laborales del puerto va a permanecer a través del tiempo, dado que las localidades rurales cercanas basadas en laborales productivas agrarias se mantuvieron a lo largo del siglo XX.

Sergio Baeza Cabello

 
Miércoles, 09 Junio 2021 14:38

Vereda sur de Antofagasta

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La perla de Barrancas 

Comercio, trabajo, vida cotidiana, recreación y cultura

 

En su vereda sur se encontraba la carnicería de don Lucho Pérez, el almacén de la señora Esmeralda, la casa Rosita, la librería Santa Teresita, el almacén y despacho de abarrotes de don Pedro Ortega, el emporio el Económico de don Moisés Figueroa, el restaurante No me olvides ( de las recordadas pillas?), el emporio el Vencedor de don Evaristo Maldonado, el almacén de doña Auristela, la panadería la Española de inmigrantes españoles (Pablo Mugarja, José Solé y Joaquín Fernández),

En las calles aledañas a Antofagasta se encontraban los monumentales edificios de la cooperativa de obreros y empleados de la extinta Emporchi (Empresa Portuaria Chilena) en donde se distribuían alimentos, carnes, verduras, frutas y abarrotes, también se vendían zapatos y ropas; existía una peluquería donde el inolvidable maestro José Soto cortaba el pelo con sus especialidades de: corte de pelo para caballeros, corte de pelo redondo, corte escolar y niños, además, de servicio de barbería para caballeros. La otra magna construcción es el edificio llamado el Buque (calle Maestranza con Lautaro), aquí estaba instalada la botica de don Remigio, la pensión de las Norambuena y más arriba del Buque  en la intersección de calle Maestranza con Tarapacá se ubicaba el cine Moderno, que entretenía a los adultos, jóvenes y niños en sus tres funciones (matineé, vermuth y noche), siguiendo hacia arriba la confitería el Roxi de propiedad del señor Reina Espinoza.

La calle Copiapó, la calle de la joda, vida nocturna y lujuriosa, que amenizaba El cabaret el sol (la recordada y bien ponderada tía Adelina), casa de citas de la ilustrísima señora Mercedes León entre Copiapó y Pudeto, y la quinta de recreo Doñihue, en donde sus sirenas sedientas de amor, pasión y locura atrapaban a los obreros urbanos portuarios quienes recién pagados o con el suple del día quince. Cabe destacar que en calle Tarapacá se encontraba la sede del club deportivo y social Español, fundado por el inmigrante español Joaquín Boneé, reconocido combatiente republicano.

Este ha sido el recorrido histórico del pasado de calle Antofagsta, si Antofagasta es la perla del norte, la calle que lleva su nombre en San Antonio, fue, es y será la perla de Barrancas, por siempre y para siempre.

Sociedad de Historia De San Antonio   

 

 

Miércoles, 09 Junio 2021 11:58

Población Canteras

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Población Canteras

 

A solo 5 minutos del centro de la ciudad, en lo alto del cerro panul, camino a la vecina localidad de Cartagena se encuentra una de las poblaciones más antiguas de San Antonio. La población Canteras, conocida por su privilegiada vista al Océano Pacífico posee una historia que la relaciona fuertemente con los inicios del desarrollo portuario moderno. De allí su nombre, ya que su configuración poblacional se estructuró en base a los trabajos de la extracción de piedras que fueron fundamentales en la construcción del enclave portuario de la zona.

La revista Pacífico Magazine, en 1915 indicaba que hacia el costado norte, entre San Antonio y Cartagena, a la orilla del mar, se levantan cerros de enrocados, de los cuales se extrae la piedra apropiada para los diversos trabajos del puerto. En la misma línea, la agrupación Raíces del Puerto de San Antonio agrega que las canteras ubicadas en la actualidad a unos dos kilómetros al norte de la bahía del puerto, representan el primer escenario laboral asociado a la actividad portuaria.

Los trabajadores de este sector estaban cifrados entre los 250 a 300 trabajadores en los primeros años de la actividad portuaria, los cuales se establecieron en una pequeña ciudadela a orillas de la línea férrea que se abría paso por la costa. Al igual que en Barrancas y otros núcleos poblacionales, el desarrollo demográfico local incentivó el surgimiento de habitaciones obreras para trabajadores que ante la demanda laboral llegaron a la costa provenientes, muchos de ellos, desde el valle central chileno.

El desarrollo organizacional de los trabajadores portuarios hacia la década de 1950 motivó el surgimiento de cooperativas habitacionales en San Antonio, de esta forma los habitantes del sector de las Canteras organizaron el establecimiento oficial de la población a principios de la misma década, conformando así la Unidad Vecinal nº1 de San Antonio construyendo nuevas casas, ahora en lo alto del cerro panul. Esto fue progresivo, incluso habitantes de la época indican que se establecieron primeramente a orillas de la línea del tren quienes estaban casados y después los obreros solteros en lo alto del cerro. Con el pasar del tiempo, toda la población terminó por establecerse en lo alto, especialmente los descendientes de los primeros trabajadores, quienes también se dedicaron a labores portuarias. Hasta el día de hoy es posible identificar algunas familias que datan de mediados del siglo XX.

De esta forma, se inició un alto desarrollo de comunidad, el cual se tradujo en la conformación de la organización vecinal y en la multiplicidad de actividades comunitarias que otorgaron identidad de barrio por largos años. Festividades como navidad y fiestas patrias representaban momentos de gran participación vecinal, ya que se organizaban, durante varios días, actividades tales como juegos típicos, actividades deportivas como los partidos entre solteros y casados, bailes y la entrega de juguetes para todos los niños de la población. En el ámbito religioso, los mismos pobladores iniciaron algunas misas en la primera sede construida en el lugar y a la cual llamaban a los feligreses tocando un trozo de riel como campana. Posteriormente, hacia la década de 1980 construyeron la capilla de la “virgen del mar” ubicada hasta el día de hoy cerro arriba.

En las fiestas de fin de año, era actividad obligada a inicios de diciembre el adornar las casas y los postes con guirnaldas, banderines y otros adornos que cruzaban por la calle Canteras de inicio a fin. Los trabajadores portuarios y relacionados al sector pesquero conseguían diversos artefactos para constituir pequeñas celebraciones pirotécnicas populares que demostraban tanto la cooperación de todos los pobladores como la noción de festividad fuertemente arraigada. Junto a esto, una tradición hoy casi extinta era la de preparar ponches, comidas y bailes en el living de cada casa, en donde todas las familias abrían las puertas de sus hogares para que los vecinos pasaran dando el abrazo de año nuevo y así recibirlos de la mejor forma posible.

Entre otras características de comunidad es importante de mencionar el aprovechamiento de las napas subterráneas, las cuales hasta el día de hoy son fuente de agua natural que brota en partes del cerro. Los pobladores de Canteras se organizaron para canalizar el recurso hídrico con la instalación de una bomba y la construcción de una red que distribuía el agua por las casas de la población. Entre los vecinos, se turnaban para el mantenimiento de este sistema y para llevar el cobro de los gastos que esta demandaba entre todos los habitantes del sector.

También importante fue el establecimiento de una pequeña escuela básica, hoy desaparecida, en la cual se educaron muchos de los hijos de los trabajadores portuarios que habitaron el sector. Esta estuvo a cargo de la profesora Alba Enoch, quien hasta el día de hoy vive en la población y conserva algunos libros de la pequeña biblioteca que alguna vez existió. Varias generaciones pasaron por la enseñanza comunitaria brindada en este espacio.

Hoy en día estas actividades son parte de un pasado cargado de comunidad y ayuda mutua, de infancias que crecieron jugando en toda la extensión del cerro y los roqueríos de la costa, de familias que se constituyeron en una verdadera comunidad y de viejas costumbres e identidades que hoy en día han dejado de estar tan presentes como antaño. También la configuración de la población ha cambiado. Muy pocos habitantes se dedican a la actividad portuaria y muchos nuevos vecinos han llegado de otros lugares de la zona y el país para establecerse en una población que sigue siendo un espacio cargado de tranquilidad y que, a pesar del paso de los años, jamás ha dejado de cautivar con su privilegiada vista al mar a sus habitantes y a quienes hacen un alto en el camino.

Sociedad de Historia De San Antonio   

 

Miércoles, 09 Junio 2021 11:00

Calle Antofagasta

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Comercio, Sociedad e Inmigrantes

Vereda norte y alrededores (1930 – 1950)

En la vereda septentrional calle mucho más larga en extensión se encontraba la peluquería del señor Villalón, la sede del Club San Luis, la verdulería del guatón Pirulí, la verdulería de las hermanas Carrasco. Seguidamente se ubicaba la denominada: “Casa del Pueblo” ; lugar de pensamiento, reflexión y toma de decisiones de las agrupaciones de izquierda (anarquistas de la IWW, socialistas, comunistas y socialdemócratas), también punto de reunión de Las Sociedades de Resistencia, Mutuales y Cooperativas del quehacer portuario. Al lado, se encontraba el Restaurante  El Democrático, espacio de recreación de la baja sociedad civil portuaria, donde era muy común la comida típica como: el caldo de patas, el catetete, el perol, el bistec a lo pobre, el Pancho Villa (porotos, carne, longaniza y huevos) acompañados por mosto de chuico al litro y por botella de viña con patente.

Llegaron a la mítica calle Antofagasta inmigrantes árabes, mal llamados turcos, tales como Sirios, Libaneses, y Palestinos, que se dedicaron al comercio de abarrotes, géneros, prendas de vestir y artículos de bazar. Entre éstos se encontraban la tienda de don Abraham Cobaise (oriundo del Líbano), el almacén de novedades La Palestina de la familia Jodre. También estaba la fábrica de helados de la familia Amado (originarios de Siria), el emporio de don Pedro Dip Massú y de su distinguida esposa la señora Marta Mahoma de Dip (provenientes del Líbano), cabe consignar que la hija mayor de don Pedro Dip, sería diputada por el distrito de San Antonio en el periodo 1965-1970.

Siguiendo por la vereda norte, se ubicaba la verdulería de doña Blanca Román, madre del futuro abogado y juez de policía local don Ramón Espinoza Román. Esta familia es el mejor ejemplo de la movilidad social de los sectores medios en Barrancas. Pegada a esta verdulería se encontraba la sede de la Cámara de Comercio, en los altos de este edificio residía la familia Mira. Más allá estaba el almacén de la madre del querido fotógrafo barranquino Alberto Silva, sería importante dimensionar la cantidad de eventos sociales que inmortalizó, por medio de la fotografía en cumpleaños, bautizos, desfiles y matrimonios, además de ceremonias escolares. Hoy le sigue sus pasos su hijo Néstor Silva, dueño del estudio de fotografía Cima. En el mismo lado se localizaba la carnicería de don Julio Rubio, denominada “La sin envidia”. Aledaña a ella se ubicaba el salón de belleza Olguita. A continuación se encontraba el depósito de licores y conventillo estilo citeé francés de don Cayetano Toro, el restaurante y reparto de viandas Don Fausto. La casa habitación de don Sósimo Pardo, reconocido contratista de obras civiles. También, era posible ubicar el conventillo de los Hernández, la casa de la señora Teresa Baeza, los departamentos de arriendo de don Sixto, la casa del reconocido constructor civil don Juan Astete Herrera y la visitada gruta de la Virgen de Lourdes de propiedad de la Iglesia Católica de Barrancas, terminando en ese sector el casco antiguo de Barrancas, específicamente en el Bajo del Diablo, hoy calle Independencia con esquina Curicó, límite de la otrora hacienda de Llolleo de propiedad de la familia García-Huidobro Fernández.

Sociedad de Historia De San Antonio  

 

 

 

 

Martes, 08 Junio 2021 11:25

“Los trasplantados de la ciudad de Antofagasta”

De la vértebra central del casco antiguo de la ciudad de San Antonio que es la avenida Ramón Barros Luco, se desprenden y serpentean las demás calles del pueblo de Barrancas, todas las cuales toman una ubicación relativa de oeste a este, o como dicen los barranquinos de mar a cordillera.

Es así, como en 1915, nace la calle El Molo que llega hasta la intersección de Lautaro con Maestranza y que es cortada en una punta de diamante por la plazoleta que lleva el nombre del insigne educador y maestro Don José Luis Norris (Primer director de la Escuela Pública que funcionó en el cruce de las calles República y Tacna), hoy conocida como la plaza de los Jubilados, dicha plazoleta es el punto de inicio de la mítica e histórica calle Antofagasta, nombre con que aparecería más tarde en el plano regulador de la provincia, y que los pampinos de las oficinas salitreras le habían pedido al alcalde de la época (Sr. Ignacio Cerda Fariña, alcalde 1921-1924) que llevara este nombre en recuerdo de la ciudad más grande, poderosa y luminosa del norte. Dichos pampinos llegaron al puerto bajo el primer gobierno de Arturo Alessandri (1920-1925) producto de los vaivenes de la producción y economía salitrera, debido a la invención del salitre sintético alemán.

El norte de Chile no resistía más el alto porcentaje de cesantía, miseria y anarquía socio político y económico, según lo señala el historiador Óscar Bermudez. (Historiador nortino especializado en los temas salitreros). Esta reubicación tenía como objetivo reorientar y recrear la labor del obrero pampino cesante, y crear un nuevo imaginario, a saber, el obrero urbano portuario debido a que las grandes faenas portuarias en San Antonio hacia la década de 1920 necesitaba de una gran fuerza de trabajo, resumida en jornaleros y obreros. Fue así, como estibadores, des estibadores, marineros de bahía, huincheros y grueros, comenzaron a dinamizar por medio de esta actividad el cabotaje de ultramar y dar solución a la problemática que aquejaba a los desposeídos nortinos.

En este contexto nace la evocada y pujante calle Antofagasta que se resumía en la expresión latina de recordae (volver al corazón) de estos hombres nortinos, que se ubicaba en paralelo a calle Copiapó y aledaña a la calle Coquimbo que conformaban el circuito del demos barranquino, que se congregaba en la antigua Población Fiscal (ubicada detrás de la calle Antofagasta y de la calle Copiapó).

La calle Antofagasta era el centro neurálgico de la vida cotidiana de estos trasplantados pampinos que con su esfuerzo, trabajo y fe en el futuro engrandecieron y dieron sentido a lo que llamamos la ciudad contemporánea, las grandes extensiones arenosas compuestas por hondonadas y pequeñas montañas comenzaban a desaparecer en pos del concepto urbano de ciudad, dicha calle poseía dos veredas con un amplio comercio y una vida política, social, cultural y recreativa que fue y es digno de un profundo estudio, misión de la Historia Social de la Provincia.

 

Sociedad de Historia De San Antonio   

 

 

Martes, 08 Junio 2021 11:02

Barrio Chino y Pedro Montt

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Barrio Chino y Pedro Montt

La Bohemia porteña caracterizó a este barrio; siendo algunos de los locales más recordados los siguientes: los ubicados en calle Mauricio Mena: Luces del Puerto, La Flavia, 3 espejos, La Ube, Río de Janeiro todos ellos prostíbulos que se caracterizaban por espectáculos y las mujeres que atendían a los parroquianos. Locales donde asistían trabajadores, obreros y gente de clase media que podían costearse una noche de jolgorio y placer.

En la subida cementerio, calle Hermanos Carrera donde se ubicaban los prostíbulos Cuartito Azul, La Cielito Lindo. Dentro del ámbito de la boîte se puede mencionar a El Sauce emplazado en Pedro Montt, local de mayor nivel, recibía visita de compañías de espectáculos santiaguinas que deleitaban a los san antoninos que poseían más ingresos. De hecho, este local tenía 4 pisos; cambia de nombre por Regine. Hoy cumple funciones de residencial y en el primer piso restaurante.Cabe mencionar que, en Luces del Puerto, Roberto Parra se inspiró para crear las décimas de La Negra Ester, que en los 80 Andrés Pérez la convirtió en la obra teatral más popular de los últimos treinta años.

Este barrio tiene su auge en las décadas del 20 al 50, debido a la llegada de los obreros que trabajaron en las canteras para la construcción del puerto, y la mano de obra que construyó las instalaciones portuarias. Con el puerto ya operando, se suman los marineros que llegaban en las embarcaciones (en esos años cada barco se mantenía una semana dentro de la poza del puerto). A ellos se sumaban los mismos portuarios y los trabajadores de la ciudad.

La Decadencia del barrio chino, ya en la década de los años 60, el lugar cambia producto de los cambios de la estructura del barrio, el avance del urbanismo, desaparecen los conventillos, casas particulares, y prostíbulos en su reemplazo surgen locales comerciales nuevos. Además, las faenas portuarias habían disminuido en forma notoria su tiempo de trabajo y los barcos permanecían menos tiempo y la tripulación disminuyó en su cantidad.

Todo lo anterior, propició el ocaso de la bohemia porteña, que se acrecentó a partir del golpe de Estado de 1973 con sus políticas represivas y el toque de queda por años fue prácticamente la lápida para dicha actividad.

En los años 70 las pesqueras existentes Harling, Arauco, Kontiqui, habían sido traspasadas a sus trabajadores, posterior al golpe de Estado, las pesqueras vuelven a sus antiguos dueños, que a su vez las subdividieron, pesqueras que ya no enlataban ni congelaban. Su nuevo rubro va a ser la harina de pescado, base alimenticia de la producción avícola y ganadera. Harina de pescado que se exportaba a mercados europeos y norteamericano, propiciado por el auge del neoliberalismo que se comienza a instalar en el país.

Este auge de la producción de pesca de arrastre, provocó el auge de la harina de pescado, cimentando una frase popular “el olor a progreso”. El efecto no deseado fue arrasar con la producción pesquera marítima.

Por otro lado, el pescador artesanal junto con el recolector de orilla comienza a capturar la macha y la reaparición de la albacora, lo que generó un boom, la fiebre de la macha y de la albacora.

Los trabajadores de las pesqueras, los pescadores artesanales y el recolector de orilla empezaron a prosperar, trabajo y buenas remuneraciones. Esta situación

Sociedad de Historia San Antonio